1Allí donde mira
sin promesa
debería estar mi sombra
Nunca quiso comprenderlo todo
pocas de mis cosas no le fueron
familiares
Alguna vez he faltado — huido sombra afuera
allí donde no pregunta
confieso
. . .
2Madrugada o nube
la ventana apenas abierta
satura — las llamas del fin
La forma del sonido penetra la piel
su forma y nada más
de un soplo — lima la falta
Sin permiso
sus labios derrotados — golpean puertas
ventanas y paredes
Los leños del hogar aún no se han consumido :
exacta
la trampa espera
. . .
3Me sacudo su presencia
espalda
contra la mía
Nadie la ama como yo :
caminé púas
hasta la planta de sus pies
Supe su nombre — pero no sabría pronunciarlo
las púas lo sujetan
bajo el mar — y el mar se duele
ante sus ojos vigilantes
. . .
4Su momento : grafito delgado
Cuando menos la espero — aparece
se desliza por ahí
mutada en las cosas pero bien sin ellas
Nunca repara en ocultarse :
los ojos
la resbalan
. . .
5Va y retorna sin aviso
respira su propia carne
come su aliento propio
Cuando la veo
ha llegado desde largo
si se pierde : por mis ojos — quebranto
Su violencia
quiero
con la furia — criminal — de mis maestros
. . .
6Hace que la nada se ilusione de ser
pero a nadie más que a mí
rondar permite su baldío
Traza límite — justo
su cuerpo
al eroico alarde
Pasea por mi bosque como nadie :
el tambor de sus ojos — está
muy — pero muy — adentro
. . .
7Acuna el placer
segundos antes de — la muerte
soltar
Impregna mi nada de juegos y mentiras
sin los cuales
jamás habría nacido
Viene de muy lejos
porque allí nos hemos perdido
fugados desde siempre
Nuestros himnos más amados
agónicos — suenan
frente a su mutismo
No pide — su baile
toma
lo que mira
. . .
8En la subida del otoño
camino a la casa
me dijo :
Nadie podrá hacerte daño
ni el más mínimo
jamás
sólo yo puedo herirte. . .
9Guardiana caprichosa — juega al abandono
ama esto más que el cuidado de los dioses
( a quienes ha abandonado
al sabor de indiferencias )
Sabe que mis letras
doblan
suficientes pliegues para abrigarla
y afila
al compás de mi sueño
su puñal
. . .
10Las pruebas la persiguen
sin medirla : nitidez
le come el borde
Frecuenta tu niebla
mis cuerdas tensas
y las miras de tiza
. . .
11La sorprendí cuando niño
en un pase de alquimia
y — casual — me condenó
vagabundo
a la igualdad
Hasta que — en un descuido de su luna
arrebaté del ovillo
un hilo rojo de niñez
. . .
12Tenía castigos que cumplir
pero atrapada por un celo
los dejó
Aquel día
montado en una araña
la abandoné a su suerte
Aún resuenan sus aplausos de festejo a mi espalda
el brindis de aquella noche
por los peces
el vino
y las fauces
. . .
13En el subsuelo del año
el poema la hiere
y
dominada por cien temores
me pide la locura
no puedo negarme :
Enero
nos ha malcriado
. . .
14Permite amistades
anunciadas en la sangre
y sorprende su tolerancia — la exhausta
Con rigor demuele el mármol
sufrido
de gusanos y moral
El último anillo resbala — humillado
de su medio
y sirve de clave a rincones sin historia :
la libertad no le preocupa
espera — sí
que las olas rompan a horario
. . .
15Después de ver mis pies
llagados
por rocas mal tejidas
limpia de mi hombro
el barro que mis ojos no perciben
me quiere
limpio
no blanco
. . .
16Formada — en el bajo parpadeo
de aquel dios que ansiaba ser rey
no piensa en delatarme
y disfruta
cuando me lanza historias
al compás de su caldero
. . .
17Cada palabra apura
una viruta
de la muerte
en ese límite
su cara
se ilumina
nuestra energía se acaba
y
cadenas nos acerca :
este dolor en mi pecho
envuelve
su caricia en primavera
. . .
18Cuando habla
la olla de los imbéciles deja entrever su hambre
su alimento robado a las noches de la estafa
por tan poco buscan
callarla
quemar su canto
Pero del espejo nacen sus aliados
y de su boca
las aves :
sus ojos ven
sus hombros soportan
y sus manos danzan
. . .
19Cree en mí como nadie
y yo no emprendo más
que falsificarla
La confusión alienta mi batalla
acabar con el tiempo
mi empresa
Ante tan desleal campaña
se ha querido
mi aliada
sabe que será mi mano
quien la hiera
pero la curva está tomada :
el dolor traerá
el fin
de la ceguera
. . .
20Dice que la noche : más que una sombra
algún mago de lejano patio
le habrá confiado la verdad
entrecerrando los ojos
Así
durante el día
guarda voces por el sol
y se pierde
entre velocidad y espera
Cuando los rayos no miran
ahí — nada más
desea besarme
. . .
21A la sombra de una caña
recuerda
el color primero de las fiestas
y — perfumando su cuerpo
prepara las danzas
con nieve y lágrimas
El frío nunca falla a sus invitaciones
y unos pocos carbones lloran
los errores cuando congela
el ritmo justo del fuego
. . .
22Donde las letras — esfumado y grosero — presentan
su borde
acecha mi llegada
escucha mis pedidos
pero manda en sus respuestas
la condición al torpe :
Oír sin escuchar
el ritmo que apunte las pisadasDentro de tal distracción
comprime
el don de una sonrisa
. . .
23Se presenta
al sur del desmayo
las pequeñeces no la conmueven
frecuenta
recién nacidos y moribundos
con idéntico rigor
su asistencia
no gratuita
empuña la piedad pero detesta lástimas
Pocas
veces
ama
pocas
. . .
24En un punto inalcanzable de su pupila
risas y llantos se mezclan
hasta perder importancia
y reinan
Desde allí parten los inventos
y la rosa — caída
nuestra celda justifica
. . .
25Aparece
en el sueño
disfrazada
reconoce esta traición — y mira
vagamente
cinco veces me ha visto prisionero
y sospecho
no sé por qué contagio
ha sido — ella — la voraz
ladrona del castigo :
con la pena cambiada
termino
libre y solo
. . .
26Escapo desde hace siglos
entre rutas de provincia
patios y playas
su dardo
traza el límite
a mis ojos largo tiempo oscurecidos
y la negrura los alivia
cuando los monstruos
desenredan el espanto
. . .
27El fuego
es la única mentira que la noche
no le perdona
Ella gira
ebria
entre sus llamas
respirando ese mismo humo
que pretende retornar
Así plegada renace
volátil
en el calor
furtivo
de mis palmas
. . .
28Suelo
presentir su risa
en la letra del destino
Finalidad y logro :
formas que no mata
pero tampoco alimenta
Acuna mis proyectos entre dedos casuales
la elegancia de su trazo los vuelve
espuma
de doce arenas
. . .
29Cada volcán
apagado
da señal de su paso
su furia en días hoy mentidos
se paseaba
abierta
ahora
ataca desde las fisuras
y se cuida de nuestro público ciego :
sus saltos
paraliza hasta el olvido
mi pulmón
. . .
30Errando por sus ríos
me volví pez
de lo oscuro
corriendo por sus olas
encontré luciérnagas
del celo
Así y todo
sigo lejos
en camino
pero lejos
perdido entre comienzos
. . .
31Nunca ha tocado el mar
pero huele a sales y cangrejos
el mar nunca la ve
pero
imita sus giros
Demora cada paso
para ver
mi sangre por las zanjas
agudiza mi dolor
como trompo hacia el éxtasis :
me suelta el vórtice
quiere
que me vaya
. . .
32Justos
transpiran nuestros lemas
sin medidas — ni bondades
Sale cuando quiere
temprana
de su cueva
cuerpo de niña
invadido sin distingo
asoma alumbramiento
Invisible
viene hasta mi brazo
con su nombre esfumado
y comienzo a tararear el sigilo
. . .
33Sus hojas caen desde árboles borrosos
y tienden a eludir
naturalezas
Bajos mundos nos señala
ninguno asoma verdadero
falso ninguno
Enorme tristeza me invade cuando
adueñándose del infinito
la mentira del número ruge
y presiento
la lejanía de su canto
. . .
34Malpaso del sinfín
su nombre
termina en lo imposible
y quebranta
el origen
Cada inspiración produce su mancha de nacimiento
palidez disimulada
nos mira
bajo sospecha
. . .
35No apuesta a maravilla
ni a segundo que no lamente
siglo de relojes
viejos y más viejos
de cuerdas sin roer
de tardes entregadas
al tic-tac
de fina saturación
. . .
36Desde el llanto
surge la maniobra — terca
reverencia del disgusto — sonrisa de la intrusa :
Será legal cuando la lluvia no termine :
Como todo contrabando
agita su calidad de dientes apretados
y me tolera
. . .
37Se vuelve
tinta
con las llagas comidas de mis pinceles
éste es su color
mismo que me agota y anuncia el fuego
mismo que su paso convoca en lo fatal
de roces
y abandonos
Volcán de la tiniebla
son su acero de batalla
nuestros fracasos
. . .
38Puerta de locura fingida
rapta la cruz de lava
fuera mi pecho
no puede matarme
ni siquiera echarme
sin malversar su cuna
. . .
39Tarde — anunció su dominio
tono liberado del brillante
desdicha encaminada sin pensar
El sol del invierno
saltaba de hoja en hoja
hasta caer
senil y declarado
aquel manto simuló un párpado bajo
y la pasión se resintió
estéril y cerrada
a medio cuerpo
. . .
40Desconfío cuando el dolor come de mi plato
desaparece el mañana
o la ausencia habla
desconfío por nacimiento
y los infiernos nada sospechan
del fuego robado
. . .
41Terror — sinónimo de regreso
produce llamarada de vigilia
en su piel — subida a tantos trenes
Estrella del norte — contaminada de ojos
igual que una enfermedad :
el futuro
. . .
42Estar a su lado
define
esta lija de mañana oscura
así
anda entre mis cejas
y porta un borde agudo
pozo con más de un nombre
de la lengua
nada entre sus aguas
. . .
43El viento salado sopla su nombre :
caricia remota
siempre agonizante
El clamor de las batallas
muestra
marcas de su piel
Su paso ha sido
sombra de criminales
y sonrisa de niños
Por eso le cruzo las uñas
y
me baila
salada
dorando mis noches
. . .
44En sus ojos reconstruyo mi odisea
y pinto su reflejo en la ignorancia :
mi única pasión
Ella ama mis vacíos
trampas y laberintos
sin que haya causa alguna
Lastima sus dedos
para que recuerde
las primeras burlas
. . .
45Cuando el poema suena
me mira
incrédula
sabe pero aún se asombra
de verme tan poco cauto
al borde del abismo
A veces creo
que algo que ambos desconocemos
me otorga este desliz
su silencio la delata
mi rostro nota
su violencia
. . .
46Golpe tras golpe
ha descargado en mi espalda
para que la mirada encontrase sus signos
gritaba — en desespero
para que supiese que estaba
que su voz crecía
y recibe — ahora — mis golpes con la misma fuerza
cada vez que paseo esta pluma
sobre la inocencia
. . .
47Sabe que nunca podré pertenecerle
aun cuando sus pasos
suenen permanentes en mi sueño
A veces me mira
triste
e intenta despedirse
nunca lo consigue :
la guerra no da descansos largos
entre batalla y batalla
. . .
48Su beso duele
pero evitarlo es como evitar la vida
por temor a la muerte
Su beso dispara secretos
y no se puede ver las cosas
del mismo modo
En el beso retorna y llora
arrima sus dedos al fuego :
y mi tristeza cae
como un hacha
frente a sus ojos
. . .
49Su dolor secreto:
saber
que jamás llegaré a su país
Así
ve mis pasos cuando cambian de rumbo
o se detienen frente a su puerta
invade el silencio y la lógica de la mujer amada
como única forma de resbalar
por mi puente
Resignada
viaja entre rincones
y me deja en la llanura
. . .
50Me avisa
de la niñez y la
locura
Baila al compás de melodías que
se pelean
por mi nombre
y su grito perfora con obsesión
el tímpano
Cuando en su cuerpo se presenta
la lucha por el
desmayo
abandono las velas
tomo mi lanza y reúno
para la ceguera
cinco plumas de gaviota
. . .
51Su voz aparece de improviso
y sus hilos rozan mis días
con oportunidad precisa
aún recuerdo algún eco de su contacto :
Primero
fueron las ganas de tirar
el blanco vino después. . .
52Su aliento — inesperado
pulula entre las horas
pero trata de evitar el mediodía
Se regocija entre las brumas matinales
y gira en el crepúsculo
tan roja de azul
La medianoche se detiene cuando cabalga
y hace honor
a la mañana sin estrellas
. . .
53Sabe que
al acercarse
vuelve vulnerables sus secretos
corre el riesgo de diluirse
si pacta
con mi desinterés
y cree
que no existe
la libertad sin dolor
. . .
54Tantas veces he negado su mirada
como tantas ha pegado — justa
en mi distracción
Así
mis ojos vuelven a su noche
y — lastimado — el mismo dolor me cura :
su ingravidez prolonga el delirio
. . .
55Hay un hechizo colgado de un hilo
y — delicada — baja la araña
quien — por gracia — nos ha convocado :
A un lado del universo está ella y
en el otro extremo — me anudo
al borde : la resistencia
Como en toda espiral
el centro dispersa lo más indescifrable
y su forma : un invento
. . .
56Mi país
gime
revolcando llanura
la velocidad pasa y pasa
febril — extensa
dejando este suelo : inmóvil y seco
Ella está aquí
mirando
callada
aumenta su ausencia — desviando los ojos :
estoy a prueba
sus alas no me laten
. . .
57Admiro
sus temblores — el iris clavado
en la cuerda
el aire claro — y seco — cuelga de su péndulo
y la sombra de un halcón
blande su joya
esta visión me acerca lo negado
y la mancha del papel
mi funeral de corazones :
o recobro la sangre
o cabalgo a la orden
. . .
58Mi oficio aprieta
en su andar pecando — inocencia
y la convoca
Sus tesoros cantan a los demonios de las piedras
los saltos en las dunas
las hadas — la plata y el cobalto
La costa que baña su estrella se ufana
negra
y no hace más que moverse
Grita que se parece a mí y
cuanto más se acerca
más se hiere
. . .
59Vagando
por terrenos de mala muerte
nuestras piernas se encontraron
cada grito por torcer el destino : intento
pieza — vana — ajedrez
frente a lo obsceno — casual
así
su flama se metió en mi penumbra
y la alzó :
simula que se va — mientras espera
mi jugada
. . .
60Mis dedos vuelan entre los hilos que tuvo
feroz
que regalarme
las tormentas se inclinan en cada loma
y dicen buscarme
aunque yo no me oculte
la celebración enturbia sus anuncios y
cada martillo
proyecta su lengua de viento :
los pájaros
se preparan a volver y percuten
el cielo
. . .
61Tengo sus dientes hincados en mi sombra
y es ése — el único espacio
capaz de retenerla
Nuestra lucha responde — brutal
y despierta el amor
desmayada entre cenizas
Y llega la noche
y el reloj entona
retiradas
. . .
62Lucho conmigo por abrir esta vereda
para que habite en ella
y me deje mirarla
quiero su belleza
calcada de hojas secas
soplada de flores sin futuro
Escucho la música de cada comienzo
la piel de su espalda
el sudor entre sus tetas
mientras lava mi tristeza
y cabalga
solitaria
. . .
63Obscena — la caricia — irrumpió el verano
cuando — hija del conjuro
su lava trazó un sendero :
conozco su nombre — que atraviesa los idiomas
y viaja
y marea los poemas :
su monte alcanza libertades que — nunca
nunca
nunca pegan — en el cristal
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