sábado, 24 de julio de 2010

Borrador 2010



1

Allí donde mira
sin promesa
debería estar mi sombra

Nunca quiso comprenderlo todo
pocas de mis cosas no le fueron
familiares

Alguna vez he faltado — huido sombra afuera
allí donde no pregunta
confieso

. . .

2

Madrugada o nube
la ventana apenas abierta
satura — las llamas del fin

La forma del sonido penetra la piel
su forma y nada más
de un soplo — lima la falta

Sin permiso
sus labios derrotados — golpean puertas
ventanas y paredes

Los leños del hogar aún no se han consumido :
exacta
la trampa espera

. . .

3

Me sacudo su presencia
espalda
contra la mía

Nadie la ama como yo :
caminé púas
hasta la planta de sus pies

Supe su nombre — pero no sabría pronunciarlo

las púas lo sujetan
bajo el mar — y el mar se duele
ante sus ojos vigilantes

. . .

4

Su momento : grafito delgado

Cuando menos la espero — aparece
se desliza por ahí
mutada en las cosas pero bien sin ellas

Nunca repara en ocultarse :
los ojos
la resbalan

. . .

5

Va y retorna sin aviso
respira su propia carne
come su aliento propio

Cuando la veo
ha llegado desde largo
si se pierde : por mis ojos — quebranto

Su violencia
quiero
con la furia — criminal — de mis maestros

. . .

6

Hace que la nada se ilusione de ser
pero a nadie más que a mí
rondar permite su baldío

Traza límite — justo
su cuerpo
al eroico alarde

Pasea por mi bosque como nadie :
el tambor de sus ojos — está
muy — pero muy — adentro

. . .

7

Acuna el placer
segundos antes de — la muerte
soltar

Impregna mi nada de juegos y mentiras
sin los cuales
jamás habría nacido

Viene de muy lejos
porque allí nos hemos perdido
fugados desde siempre

Nuestros himnos más amados
agónicos — suenan
frente a su mutismo

No pide — su baile
toma
lo que mira

. . .

8

En la subida del otoño
camino a la casa
me dijo :

Nadie podrá hacerte daño
ni el más mínimo
jamás

sólo yo puedo herirte


. . .

9

Guardiana caprichosa — juega al abandono

ama esto más que el cuidado de los dioses
( a quienes ha abandonado
al sabor de indiferencias )

Sabe que mis letras
doblan
suficientes pliegues para abrigarla

y afila
al compás de mi sueño
su puñal

. . .

10

Las pruebas la persiguen
sin medirla : nitidez
le come el borde

Frecuenta tu niebla
mis cuerdas tensas
y las miras de tiza

. . .

11

La sorprendí cuando niño
en un pase de alquimia
y — casual — me condenó
vagabundo
a la igualdad

Hasta que — en un descuido de su luna
arrebaté del ovillo
un hilo rojo de niñez

. . .

12

Tenía castigos que cumplir
pero atrapada por un celo
los dejó

Aquel día
montado en una araña
la abandoné a su suerte

Aún resuenan sus aplausos de festejo a mi espalda
el brindis de aquella noche
por los peces
el vino
y las fauces

. . .

13

En el subsuelo del año
el poema la hiere
y
dominada por cien temores
me pide la locura

no puedo negarme :
Enero
nos ha malcriado

. . .

14

Permite amistades
anunciadas en la sangre
y sorprende su tolerancia — la exhausta

Con rigor demuele el mármol
sufrido
de gusanos y moral

El último anillo resbala — humillado
de su medio
y sirve de clave a rincones sin historia :

la libertad no le preocupa
espera — sí
que las olas rompan a horario

. . .

15

Después de ver mis pies
llagados
por rocas mal tejidas
limpia de mi hombro
el barro que mis ojos no perciben

me quiere
limpio
no blanco

. . .

16

Formada — en el bajo parpadeo
de aquel dios que ansiaba ser rey
no piensa en delatarme

y disfruta
cuando me lanza historias
al compás de su caldero

. . .

17

Cada palabra apura
una viruta
de la muerte

en ese límite
su cara
se ilumina

nuestra energía se acaba
y
cadenas nos acerca :

este dolor en mi pecho
envuelve
su caricia en primavera

. . .

18

Cuando habla
la olla de los imbéciles deja entrever su hambre
su alimento robado a las noches de la estafa

por tan poco buscan
callarla
quemar su canto

Pero del espejo nacen sus aliados
y de su boca
las aves :

sus ojos ven
sus hombros soportan
y sus manos danzan

. . .

19

Cree en mí como nadie
y yo no emprendo más
que falsificarla

La confusión alienta mi batalla
acabar con el tiempo
mi empresa

Ante tan desleal campaña
se ha querido
mi aliada

sabe que será mi mano
quien la hiera
pero la curva está tomada :

el dolor traerá
el fin
de la ceguera

. . .

20

Dice que la noche : más que una sombra

algún mago de lejano patio
le habrá confiado la verdad
entrecerrando los ojos

Así
durante el día
guarda voces por el sol
y se pierde
entre velocidad y espera

Cuando los rayos no miran
ahí — nada más
desea besarme

. . .

21

A la sombra de una caña
recuerda
el color primero de las fiestas

y — perfumando su cuerpo
prepara las danzas
con nieve y lágrimas

El frío nunca falla a sus invitaciones

y unos pocos carbones lloran
los errores cuando congela
el ritmo justo del fuego

. . .

22

Donde las letras — esfumado y grosero — presentan
su borde
acecha mi llegada

escucha mis pedidos
pero manda en sus respuestas
la condición al torpe :
Oír sin escuchar
el ritmo que apunte las pisadas


Dentro de tal distracción
comprime
el don de una sonrisa

. . .

23

Se presenta
al sur del desmayo
las pequeñeces no la conmueven

frecuenta
recién nacidos y moribundos
con idéntico rigor

su asistencia
no gratuita
empuña la piedad pero detesta lástimas

Pocas
veces
ama

pocas

. . .

24

En un punto inalcanzable de su pupila
risas y llantos se mezclan
hasta perder importancia

y reinan

Desde allí parten los inventos
y la rosa — caída
nuestra celda justifica

. . .

25

Aparece
en el sueño
disfrazada
reconoce esta traición — y mira
vagamente

cinco veces me ha visto prisionero
y sospecho
no sé por qué contagio
ha sido — ella — la voraz
ladrona del castigo :

con la pena cambiada
termino
libre y solo

. . .

26

Escapo desde hace siglos
entre rutas de provincia
patios y playas

su dardo
traza el límite
a mis ojos largo tiempo oscurecidos

y la negrura los alivia
cuando los monstruos
desenredan el espanto

. . .

27

El fuego
es la única mentira que la noche
no le perdona

Ella gira
ebria
entre sus llamas
respirando ese mismo humo
que pretende retornar

Así plegada renace
volátil
en el calor
furtivo
de mis palmas

. . .

28

Suelo
presentir su risa
en la letra del destino

Finalidad y logro :
formas que no mata
pero tampoco alimenta

Acuna mis proyectos entre dedos casuales

la elegancia de su trazo los vuelve
espuma
de doce arenas

. . .

29

Cada volcán
apagado
da señal de su paso

su furia en días hoy mentidos
se paseaba
abierta

ahora
ataca desde las fisuras
y se cuida de nuestro público ciego :

sus saltos
paraliza hasta el olvido
mi pulmón

. . .

30

Errando por sus ríos
me volví pez
de lo oscuro

corriendo por sus olas
encontré luciérnagas
del celo

Así y todo
sigo lejos
en camino
pero lejos
perdido entre comienzos

. . .

31

Nunca ha tocado el mar
pero huele a sales y cangrejos
el mar nunca la ve
pero
imita sus giros

Demora cada paso
para ver
mi sangre por las zanjas
agudiza mi dolor
como trompo hacia el éxtasis :

me suelta el vórtice
quiere
que me vaya

. . .

32

Justos
transpiran nuestros lemas
sin medidas — ni bondades

Sale cuando quiere
temprana
de su cueva

cuerpo de niña
invadido sin distingo
asoma alumbramiento

Invisible
viene hasta mi brazo
con su nombre esfumado

y comienzo a tararear el sigilo

. . .

33

Sus hojas caen desde árboles borrosos
y tienden a eludir
naturalezas

Bajos mundos nos señala
ninguno asoma verdadero
falso ninguno

Enorme tristeza me invade cuando
adueñándose del infinito
la mentira del número ruge
y presiento
la lejanía de su canto

. . .

34

Malpaso del sinfín
su nombre
termina en lo imposible
y quebranta
el origen

Cada inspiración produce su mancha de nacimiento

palidez disimulada
nos mira
bajo sospecha

. . .

35

No apuesta a maravilla
ni a segundo que no lamente
siglo de relojes
viejos y más viejos
de cuerdas sin roer
de tardes entregadas
al tic-tac
de fina saturación

. . .

36

Desde el llanto
surge la maniobra — terca
reverencia del disgusto — sonrisa de la intrusa :

Será legal cuando la lluvia no termine :

Como todo contrabando
agita su calidad de dientes apretados
y me tolera

. . .

37

Se vuelve
tinta
con las llagas comidas de mis pinceles

éste es su color
mismo que me agota y anuncia el fuego
mismo que su paso convoca en lo fatal
de roces
y abandonos

Volcán de la tiniebla
son su acero de batalla
nuestros fracasos

. . .

38

Puerta de locura fingida
rapta la cruz de lava
fuera mi pecho

no puede matarme
ni siquiera echarme
sin malversar su cuna

. . .

39

Tarde — anunció su dominio
tono liberado del brillante
desdicha encaminada sin pensar

El sol del invierno
saltaba de hoja en hoja
hasta caer

senil y declarado
aquel manto simuló un párpado bajo
y la pasión se resintió
estéril y cerrada
a medio cuerpo

. . .

40

Desconfío cuando el dolor come de mi plato
desaparece el mañana
o la ausencia habla

desconfío por nacimiento
y los infiernos nada sospechan
del fuego robado

. . .

41

Terror — sinónimo de regreso
produce llamarada de vigilia
en su piel — subida a tantos trenes

Estrella del norte — contaminada de ojos
igual que una enfermedad :
el futuro

. . .

42

Estar a su lado
define
esta lija de mañana oscura

así
anda entre mis cejas
y porta un borde agudo

pozo con más de un nombre
de la lengua
nada entre sus aguas

. . .

43

El viento salado sopla su nombre :
caricia remota
siempre agonizante

El clamor de las batallas
muestra
marcas de su piel

Su paso ha sido
sombra de criminales
y sonrisa de niños

Por eso le cruzo las uñas
y
me baila
salada
dorando mis noches

. . .

44

En sus ojos reconstruyo mi odisea
y pinto su reflejo en la ignorancia :
mi única pasión

Ella ama mis vacíos
trampas y laberintos
sin que haya causa alguna

Lastima sus dedos
para que recuerde
las primeras burlas

. . .

45

Cuando el poema suena
me mira
incrédula

sabe pero aún se asombra
de verme tan poco cauto
al borde del abismo

A veces creo
que algo que ambos desconocemos
me otorga este desliz

su silencio la delata
mi rostro nota
su violencia

. . .

46

Golpe tras golpe
ha descargado en mi espalda
para que la mirada encontrase sus signos

gritaba — en desespero
para que supiese que estaba
que su voz crecía

y recibe — ahora — mis golpes con la misma fuerza
cada vez que paseo esta pluma
sobre la inocencia

. . .

47

Sabe que nunca podré pertenecerle
aun cuando sus pasos
suenen permanentes en mi sueño

A veces me mira
triste
e intenta despedirse

nunca lo consigue :
la guerra no da descansos largos
entre batalla y batalla

. . .

48

Su beso duele
pero evitarlo es como evitar la vida
por temor a la muerte

Su beso dispara secretos
y no se puede ver las cosas
del mismo modo

En el beso retorna y llora
arrima sus dedos al fuego :
y mi tristeza cae
como un hacha
frente a sus ojos

. . .

49

Su dolor secreto:
saber
que jamás llegaré a su país

Así
ve mis pasos cuando cambian de rumbo
o se detienen frente a su puerta

invade el silencio y la lógica de la mujer amada
como única forma de resbalar
por mi puente

Resignada
viaja entre rincones
y me deja en la llanura

. . .

50

Me avisa
de la niñez y la
locura

Baila al compás de melodías que
se pelean
por mi nombre
y su grito perfora con obsesión
el tímpano

Cuando en su cuerpo se presenta
la lucha por el
desmayo
abandono las velas
tomo mi lanza y reúno
para la ceguera
cinco plumas de gaviota

. . .

51

Su voz aparece de improviso
y sus hilos rozan mis días
con oportunidad precisa

aún recuerdo algún eco de su contacto :
Primero
fueron las ganas de tirar

el blanco vino después


. . .

52

Su aliento — inesperado
pulula entre las horas
pero trata de evitar el mediodía

Se regocija entre las brumas matinales
y gira en el crepúsculo
tan roja de azul

La medianoche se detiene cuando cabalga
y hace honor
a la mañana sin estrellas

. . .

53

Sabe que
al acercarse
vuelve vulnerables sus secretos

corre el riesgo de diluirse
si pacta
con mi desinterés

y cree
que no existe
la libertad sin dolor

. . .

54

Tantas veces he negado su mirada
como tantas ha pegado — justa
en mi distracción

Así
mis ojos vuelven a su noche
y — lastimado — el mismo dolor me cura :

su ingravidez prolonga el delirio

. . .

55

Hay un hechizo colgado de un hilo
y — delicada — baja la araña
quien — por gracia — nos ha convocado :

A un lado del universo está ella y
en el otro extremo — me anudo
al borde : la resistencia

Como en toda espiral
el centro dispersa lo más indescifrable
y su forma : un invento

. . .

56

Mi país
gime
revolcando llanura

la velocidad pasa y pasa
febril — extensa
dejando este suelo : inmóvil y seco

Ella está aquí
mirando
callada

aumenta su ausencia — desviando los ojos :
estoy a prueba
sus alas no me laten

. . .

57

Admiro
sus temblores — el iris clavado
en la cuerda

el aire claro — y seco — cuelga de su péndulo
y la sombra de un halcón
blande su joya

esta visión me acerca lo negado
y la mancha del papel
mi funeral de corazones :
o recobro la sangre
o cabalgo a la orden

. . .

58

Mi oficio aprieta
en su andar pecando — inocencia
y la convoca

Sus tesoros cantan a los demonios de las piedras
los saltos en las dunas
las hadas — la plata y el cobalto

La costa que baña su estrella se ufana
negra
y no hace más que moverse

Grita que se parece a mí y
cuanto más se acerca
más se hiere

. . .

59

Vagando
por terrenos de mala muerte
nuestras piernas se encontraron

cada grito por torcer el destino : intento
pieza — vana — ajedrez
frente a lo obsceno — casual

así
su flama se metió en mi penumbra
y la alzó :
simula que se va — mientras espera
mi jugada

. . .

60

Mis dedos vuelan entre los hilos que tuvo
feroz
que regalarme

las tormentas se inclinan en cada loma
y dicen buscarme
aunque yo no me oculte

la celebración enturbia sus anuncios y
cada martillo
proyecta su lengua de viento :

los pájaros
se preparan a volver y percuten
el cielo

. . .

61

Tengo sus dientes hincados en mi sombra
y es ése — el único espacio
capaz de retenerla

Nuestra lucha responde — brutal
y despierta el amor
desmayada entre cenizas

Y llega la noche
y el reloj entona
retiradas

. . .

62

Lucho conmigo por abrir esta vereda
para que habite en ella
y me deje mirarla

quiero su belleza
calcada de hojas secas
soplada de flores sin futuro

Escucho la música de cada comienzo
la piel de su espalda
el sudor entre sus tetas

mientras lava mi tristeza
y cabalga
solitaria

. . .

63

Obscena — la caricia — irrumpió el verano
cuando — hija del conjuro
su lava trazó un sendero :

conozco su nombre — que atraviesa los idiomas
y viaja
y marea los poemas :

su monte alcanza libertades que — nunca
nunca
nunca pegan — en el cristal

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